Había consenso en el vagón de que era el clásico lunes de mierda aderezado con gotas de mal tiempo. Al infeliz le tocaba transbordo y se situó frente a las puertas. Cuando se abrieron, se topó con una sonrisa que cayó como agua fría en su amargura. «Algún tío loco», malició tras bajarse. Entonces, una sonrisa comenzó también a iluminar su cara.
Esa sonrisa se la encontró una ejecutiva que traía cara de estreñida. El efecto laxante fue tan brutal que comenzó a sonreír sin motivo.
«Mira la fresca», pensó socarronamente la señora que se cruzó con ella. Tras sorprenderse usando esa frase tan de su madre, sus labios cobraron vida propia.
«Que viva la viagra», pensó el enfermero al verla mientras su propia sonrisa desafiaba el cansancio de la guardia.
«Los hay que se meten hasta los lunes por la mañana», pensó sonriendo el que se cruzó con él.
Por lo visto, este último hizo sonreír a otra persona, que a su vez contagió la sonrisa a un tercero. Así de boca en boca. El caso es que se escapó una sonrisa y todavía la andan buscando. Si la ves, llama por favor al 916500959.
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Se busca sonrisa
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