Dopamina, redes sociales y adicción.

Para el público dopamina es el neurotransmisor del amor, de la anfetamina, del placer, del vicio. Para los que trabajamos en trastornos neurológicos, dopamina es aprendizaje, es sufrimiento; es el neurotransmisor del párkinson, de la esquizofrenia, de la adicción. ¿Es el neurotransmisor de las redes sociales? Puede ser, pero no existe ninguna evidencia científica en la que pueda basarse tal afirmación. Aun así, hay periodistas, divulgadores y comunicadores que afirman que las redes sociales se aprovechan de que nuestro cerebro produce dopamina cada vez que alguien nos da un “like” en Facebook, o cuando alguien nos da la razón en un comentario de Twitter. ¿Es esto cierto? Probablemente. ¿Es relevante? Relativamente. La dopamina es un neurotransmisor que se encarga entre otras cosas de dirigir nuestra atención, pero también la controlan otros neurotransmisores, como la serotonina o la noradrenalina. Tu cerebro está continuamente produciendo dopamina y usándola para comunicar unas neuronas con otras. Mientras lees esto estás liberando dopamina. Hay ciertos estímulos que hacen que se module su producción, para que fijes tu atención en otra cosa que podría tener más importancia que lo que haces en este momento. La dopamina es fundamental en el aprendizaje y modula nuestro comportamiento. Todo esto ocurre principalmente en el sistema límbico. La dopamina nos ayuda a integrar estímulos y a asociarlos con algo placentero, que vamos a querer repetir, o algo nocivo que vamos a querer rehuir si se vuelve a presentar. Esta es una forma muy primitiva de aprendizaje que compartimos con los animales y se basa en una recompensa placentera. A pesar de su simplicidad inicial es tremendamente efectiva y, cuando las respuestas se coordinan con el resto de la corteza cerebral, el aprendizaje en humanos pasa a otro nivel cuya complejidad nada tiene que ver con la de la mayoría de los animales. Sin embargo, en la base del aprendizaje está el sistema límbico. En este sistema actúan la mayoría de las drogas adictivas, de una manera, en principio, tremendamente burda: elevan transitoriamente los niveles de dopamina. Esto hace que queramos volver a tomarlas, el cerebro reclama aprendizaje por repetición, para volver a recibir esa recompensa tan placentera. Pero, como ocurre siempre en neurociencia, nada es tan sencillo como parece. La nicotina es una droga tremendamente adictiva y su capacidad para elevar dopamina en el sistema límbico es mínima comparada con otras drogas. Todas las drogas antipsicóticas elevan la dopamina en el sistema límbico, y son de todo menos placenteras o adictivas. ¿Es capaz un “like” de elevar tus niveles de dopamina? Probablemente, como tantas y tantas señales del exterior. ¿Sería adictivo? Todavía no hay datos que apoyen esta hipótesis. Cuando nos referimos a adicción, hablamos de gente enferma, no de gente obsesionada por algo o cuya atención se dirige preferentemente hacia unos determinados estímulos. En resumen, cualquier afirmación que relacione redes sociales con dopamina y adicción pertenece todavía al terreno puramente especulativo.

NOTA: Puedo estar equivocado y que exista alguna investigación que demuestre incrementos de dopamina por uso de las redes sociales, pero yo, no he sabido encontrarla. No dudéis en mandarla si la encontráis.

Ilustración: Facebook Cigarettes by the artist 2wenty.

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